Es tiempo de poda en La Mancha

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Poda en las vides de La Mancha 2020

Llega febrero. El invierno se apodera de las vides manchegas, impulsándolas inevitablemente a un largo e intenso letargo, que terminará con la suavidad del mes de marzo. Es por ello, que los viticultores manchegos aprovechan los meses más fríos del año para llevar a cabo la poda de la vid. Cada uno encuentra el momento óptimo, dependiendo de las características de sus cultivos, así como de sus propias manías. En este post, te contamos algunos detalles sobre esta técnica imprescindible para el buen desarrollo de la cepa y sus frutos.

La poda: primera labor que determinará la calidad de la próxima añada

Poda en viñedo de vaso D.O. La Mancha
Poda en viñedo de vaso D.O. La Mancha

Conseguir los mejores vinos implica dedicar grandes esfuerzos y mimos durante todo el año. En La Mancha, buque insignia de trazabilidad y calidad, el trabajo nunca cesa, por lo que, tras dar por finalizada la vendimia, los viticultores se embarcan en la primera labor que determinará la calidad de la próxima añada: la poda.

«pódame helando y no lo hagas llorando»

Se realiza cuando la planta entra en su fase de agostamiento y permite reducir la parte vegetativa de la vid con el fin de limitar y encauzar su crecimiento. Debe llevarse a cabo durante los meses de otoño e invierno, ya que tal y como reza el refrán: «Pódame helando y no lo hagas llorando».

También dice el refrán que «El buen viñador poda en enero y cava en febrero». Sin embargo, para realizar una buena poda, es necesario conocer cada detalle de la vid, teniendo en cuenta la variedad cultivada y el tipo de planta. Son los mismos viñedos los que sabiamente avisan a sus cuidadores del momento óptimo para la poda: cuando pierden su pámpana y follaje. Así, cuando se embarcan en su letargo, los cortes no provocan daño alguno y el cual sería irreparable si la savia circulara por sus sarmientos.

En la poda, más vale maña…

Poda con tijeras en La Mancha

Por supuesto, en la poda no todos los cortes valen y la destreza del viticultor cobra gran importancia. Las incisiones deben ser precisas y adecuadas, asegurando que cuando llegue su despertar primaveral, puedan desarrollarse en perfectas condiciones. También es vital determinar el número de pulgares y yemas correspondientes para así determinar cuál es la calidad y cantidad que se requiere, así como facilitar el proceso de la próxima vendimia.

un hacha, la mejor compañia para expertos viñadores

Para que un buen podador pueda expresar su experiencia en la poda, unas tijeras de calidad deben ser sus fieles compañeras. Bien engrasadas y, a veces, acompañadas de una pequeña hacha de mano, no hay cepa que se resista.  Aunque los cortes deben ser certeros para evitar la propagación e infección de la temida yesca, la poda, como buen arte que es, se expresa de infinitas maneras. Cada viticultor tiene sus propios trucos y manías ganadas por la experiencia. Y es que para ellos, cada vid es un lienzo que se redibuja año tras año.

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