Las 8 cosas que debe saber un buen vendimiador manchego

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Tranchete y uva Tempranillo en la vendimia de La Mancha vendimiador

Ay, ¡qué poco queda para dar comienzo a una nueva vendimia en La Mancha! Podrían considerarse como los días más importantes para viticultores y bodegueros, por aquello de que se recogen los frutos que tanto esfuerzo han necesitado durante todo el año. Sin embargo, también se convierten en los días más duros para las cuadrillas que tienen por delante intensas jornadas para, como dicen en La Mancha y valga la redundancia, ganarse bien el jornal.

Sin embargo, todos los que hemos vivido de primera mano la vendimia, sabemos que los días más difíciles son los primeros. Y, por supuesto, los más curtidos vendimiadores/as sabemos algunos trucos y tradiciones para sobrellevar y sobrevivir a esta etapa. Porque la vendimia forma parte de la esencia de La Mancha; de lo que fuimos, somos y seremos. Creamos nuestra propia cultura en la que el compañerismo y la sabiduría, nos dejan una sensación gratificante cuando acaba el día.

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El manual del buen vendimiador manchego

Vendimiadores en La Mancha

La vendimia está a punto de convertirse en el epicentro de la comarca durante los próximos meses. Es por ello que, esperando obtener una cosecha excelente, plasmamos aquellas cualidades y recomendaciones que hacen tan especial la vendimia en La Mancha y te convertirán en todo un experto.

1. A quien madruga…

Nunca el refrán, «A quien madruga, Dios le ayuda» tuvo más sentido que en la vendimia. Y es que adelantar unos cuantos minutos el despertador se convierte en una gran elección. Es bien sabido que con la fresca se trabaja mejor y, aunque te pegues el madrugón, agradecerás acabar antes, así como pasarás menos tiempo lidiando con el intenso calor del día; sobre todo, en las primeras semanas de vendimia.

2. Gorros y sombreros marcando tendencia

Gorras publicitarias y sombreros de paja se convierten en tendencia durante estos días. No hay cuadrilla que se precie que no lleve estos complementos, aunque su verdadera función vaya más allá de la estética. De hecho, se convierten en grandes aliados contra el sol, protegiendo al rostro de unas temidas quemaduras y evitando también las insolaciones.

3. El valor de los guantes

Aunque este complemento ya es de elección propia, unos guantes pueden evitar algunos disgustos; sobre todo, si se trata de un vendimiador que se queda absorto en sus propios pensamientos. Un pequeño descuido, con las tijeras o tranchetes, se transforma en un corte, que más que doloroso, es incómodo y puede acompañarte durante los próximos días. Además, si de uvas tintas se trata, impides que tus manos se tornen a morado durante toda la campaña. Por cierto, que para dejar las manos impolutas, restregarles un limón con bicarbonato, es muy eficaz.

4. Paracetamol y derivados para ‘los riñones’

Un experimentado vendimiador no teme al primer día de vendimia; al segundo y el tercero, sí. Y es que, uno de los efectos secundarios de estar amagado durante todo el día, se pone de manifiesto al día siguiente. Fácilmente reconocible por un intenso dolor en los riñones, la solución se halla en tomarse un analgésico antes de empezar. Como dicen, es mano de Santo.

5. Merenderas que dan vida y botas de vino que dan alegría

Si hay un momento de la jornada que todas las cuadrillas desean, sin duda, es la hora de la comida. Con ganas de tomar un respiro y con el estómago avisando, la sensación de terminar de recolectar la cepa y sentarse en una buena sombra, no tiene precio. Más aún, cuando la comida de los tuppers más pioneros, las merenderas, saben tan bien. Y para darle el toque más auténtico, un chorrete de vino (ya sea de la bota o del porrón) es ineludible. Desde luego, que la hora de la vendimia con estos elementos, resucita hasta a los más fatigados.

6. Que nunca falte agua en el remolque

Aunque el vino se alza como el gran protagonista, es inviable consumirlo más allá de unos tragos. Es por ello, que unas grandes garrafas de agua bien fresquita hacen más llevadera la jornada al vendimiador, hidratándonos y refrescándonos. Además, ese trago de agua también se convierte en una excusa para estirar la espalda, dándonos un pequeño respiro. Por supuesto, si tienes sed, no cometas el error de decantarte por las propias uvas. ¡No podrás parar de comerlas y no lograrás seguir el ritmo!

7. Los cotilleos del pueblo… a debate

Durante la intensa jornada, hay tiempo suficiente para poner en orden los pensamientos del vendimiador. También, para ponerse al día con la actualidad del pueblo y alrededores. En este contexto, podríamos dividir a la cuadrilla en tres grupos: los escuchadores, los opinadores y los voceros. Estos últimos conocen todos los secretos y rumores que vagan por la zona y realizan una importante función con sus compañeros, sacándose de la manga temas de conversación para amenizar la jornada.

8. Enemigas por sorpresa: las avispas

Hasta los amantes de las sorpresas seguro que rehúyen de las inesperadas y nada bienvenidas avispas. Aludiendo a las palabras de un impecable Tom Hanks en uno de sus filmes más conocidos, las vides «son como una caja de bombones», nunca sabes dónde estará el panal que te podrá picar. Es por eso, que nunca está de más llevar siempre a mano un stick para picaduras. Si eres alérgico/a, no te quedará más remedio que acabar la jornada de la forma más épica posible: en el Centro de Salud más cercano.

*Con estos tips, ya solo queda afrontar la vendimia con el mayor de los optimismos, deseándoos una buena campaña, para poder celebrarla con un gran brindis. Por supuesto, con vinos de la Denominación de Origen La Mancha.

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