Seguir estando muy presentes, a pesar del paso del tiempo, es un indicio suficiente que revela las acciones de cada uno. Entre últimos coletazos del 2021 y los primeros días de 2022, La Mancha ha tenido que decir «hasta siempre» a tres personas fundamentales en el desarrollo y evolución de los vinos de La Mancha: Adán Nieto, Carlos Eslava y Román Cantarero. Sin duda tres grandes profesionales, que apostaron por el potencial de los vinos manchegos, para conseguir ser el referente mundial de calidad que en la actualidad son.
La huella de los que revolucionaron los vinos de La Mancha
A pesar de que las tierras de La Mancha han dado durante siglos los mejores frutos de las vides, siendo un referente de calidad hasta finales del siglo XIX, la verdadera revolución de los vinos de La Mancha dio comienzo en el siglo XX. Sobre todo, en su segunda mitad. Y es que fue durante esas últimas cinco décadas cuando nacieron sus primeras cooperativas (1952), el CRDO La Mancha (1974), importantes inversiones en tecnología, profesionalización de viticultores y bodegueros, apertura al mercado exterior, promoción…
Sería imposible poder enumerar, una a una, las personas que hicieron posible el gran salto cualitativo de los vinos de La Mancha. Muchas son las familias de viticultores y bodegueros que pusieron (y siguen poniendo) su granito de arena para conseguir ser un referente de calidad, trazabilidad, variedad y sostenibilidad. Personas, como Adán Nieto, Carlos Eslava y Román Cantarero, que desafortunadamente, hemos tenido que despedir estos últimos meses.
Tres enólogos de renombre que han dejado una huella eterna en la historia de los vinos de La Mancha y para los que se han sucedido y escrito numerosas muestras de afecto en todos los ámbitos relacionados con el sector de la viticultura. Una de las más entrañables, viene de la mano de Juan Nieto (en la actualidad, enólogo de Bodegas El Progreso), que ha rendido homenaje a su padre, Adán Nieto, y al que fuera gran compañero y amigo del mismo: Carlos Eslava.
Adán Nieto y Carlos Eslava fueron unos visionarios en el campo de la enología manchega. Juntos, se especializaron en este mundo, instruyéndose en la Escuela de la Vid de Madrid, en 1962. Sus ganas y excelentes aptitudes, les lanzaron al frente de las dos cooperativas más grandes del país. De forma paralela, Román Cantarero construyó robustos pilares que impulsaron el vino de la región más allá de nuestras fronteras.
3 enólogos ilustres del sector vinícola manchego
Adán Nieto estuvo al frente de la Cooperativa La Daimieleña por más de una década, así como desarrollando su carrera profesional en el Caserío Vigón; de ahí, asesoraba simultáneamente a otras cooperativas de la región. Por su parte, Carlos Eslava desarrolló toda su vida laboral, más de tres décadas, en la Cooperativa Cristo de la Vega; en la actualidad, todo un ejemplo de vinos de calidad. Una cooperativa que en 2019 puso en valor la gran labor realizada, otorgándole el premio Yugo, una vida dedicada al vino.
Para la Denominación de Origen La Mancha también estuvo muy presente Román Cantarero, que además de ser uno de los mayores impulsores de la Feria Nacional del Vino, inició junto a su hermano Santiago, Vinos & Bodegas. Ubicada en Socuéllamos, apostaron por la calidad con sello D.O. La Mancha, con marcas como Señorío de Mestanza y Real Bodega.
Participaron en la ‘Revolución Enológica’ de la región
Fueron muchos los rostros que revolucionaron la industria del vino en La Mancha. Una generación que tuvo que volver a aprender el oficio, desde una óptica más moderna y profesional. Una tarea nada fácil para unos hábitos y métodos de viticultores y bodegueros muy arraigados. Sin embargo, la mentalidad en pos de la calidad fue ganando terreno, apostando por invertir en las mejores tecnologías e incentivar el embotellado.
De ahí, el antes y el después de los vinos manchegos, los cuales comenzaron a ser apreciados en lugares hasta entonces impensados. También, elaborados a partir de multitud de variedades que han demostrado una gran adaptación al terruño. Un germen que, a día de hoy, ha ayudado a que, por ejemplo, los vinos con Denominación de Origen La Mancha se exporten a más de 90 países de los cinco continentes.
Con esta publicación mostramos nuestro agradecimiento a la gran labor que cada uno de ellos ha hecho por llevar a los vinos de La Mancha al lugar que se merecen. Personas como ellos creyeron en su gran potencial, a sabiendas de que el camino no iba a ser fácil. Nos quedamos con las palabras de agradecimiento que un orgulloso hijo dedica a su padre, Adán Nieto, y a Carlos Eslava; igualmente, servirían para el gran Román Cantarero:
«Sirvan estas líneas como un pequeño reconocimiento a dos de los primeros profesionales de la enología castellanomanchega, que dedicaron su vida profesional a poner las primeras piedras para que los vinos castellanomanchegos puedan estar hoy a la altura de cualquier vino a nivel mundial».