Con la llegada del verano, muchos y muchas inician sus deseadas vacaciones. Y es que la llegada del calor trae consigo las ganas de vivir, de bailar, de disfrutar y de aprovechar cada momento. Si lo tuyo es ser un inconformista y quieres disfrutar de un ocio de calidad diferente, te recomendamos darte un paseo por la maravillosa Cultura del Vino que La Mancha oferta. Te descubrimos cuatro propuestas para impregnarte de los sabores, aromas y esencia que esta maravillosa tierra posee.
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La Mancha, el paraíso del vino
Las tierras de La Mancha representan un verdadero paraíso, ya sea para los amantes del vino (winelovers) más experimentados o para los que desean iniciarse en este apasionante universo del vino. De hecho, su vasta extensión no solo les ofrece el eminente título de ser el viñedo de Europa, sino que proporciona un gran abanico de posibilidades que complacen los gustos más variopintos.
De hecho, a pesar de formar un conjunto, cada rincón de La Mancha cuenta con su propia historia, su particular gastronomía y su inherente cultura. Unos distintivos que los hacen únicos y que se ha desarrollado con un elemento común: el vino. Es por ello, y por tantas cosas más, que conocer La Mancha dejará gratas experiencias grabadas en los 5 sentidos.
1. Bodegas, los verdaderos ‘templos’ del vino
Si hay un lugar en el que el vino ejerce como una divinidad, son sus bodegas y cooperativas. Con un total de 236 bodegas adscritas a la Denominación de Origen La Mancha, estos templos del vino conforman una gran oferta enoturística. Algunas de ellas, como Finca Antigua (Los Hinojosos, Cuenca), Bodegas Amancio Menchero (Bolaños de Calatrava, Ciudad Real) y Allozo Bodegas Centro Españolas cuentan con actividades de enoturismo magníficas.
Además, la gran mayoría admiten visitas en la que descubrir los minuciosos procesos por los que pasan las uvas, desde la vid hasta la copa. Cada una de ellas, cuenta una historia propia desde su origen, marcada por el esfuerzo e ímpetu de agricultores y bodegueros por alcanzar la máxima calidad. Como en la variedad está el gusto, encontrarás grandes referentes en sostenibilidad, elaboración en tinajas de barro, viticultura ecológica y un largo etcétera.
2. Museos, los fieles guardianes de la historia del vinícola
En una tierra tan ligada al cultivo de la vid y la elaboración del vino, no podía faltar interesantes museos dedicados a contar y preservar su historia. Entre ellos, descubrimos dos iconos museísticos con los que descubrir la sorprendente esencia cultural del vino que desprende La Mancha: el Centro de Interpretación del Vino, ubicado en la sede de la Denominación de Origen La Mancha (Alcázar de San Juan), y el Museo Torre del Vino de Socuéllamos.
El Centro de Interpretación del Vino ofrece una admirable colección de botellas con más de 1.500 referencias que datan desde la década de los 70. Además, dispone de un patio típico manchego, una cocina tradicional manchega, maquetas que narran el trabajo en el campo y bodegas, así como un espacio sensorial para poner en marcha los 5 sentidos. El CRDO La Mancha también ofrece talleres y catas comentadas para iniciarte o evolucionar en la cultura del vino.
Por su parte, el Museo Torre del Vino de Socuéllamos muestra la cultura del vino más arraigada de La Mancha. Su exterior, mezcla de arquitectura moderna e innovación, impresiona por sí solo. En su interior, destacan las impresionantes vistas a la ‘gran llanura manchega’. También, una amplísima gama temática que comprende toda la historia del vino, así como los procesos de cultivo y vinificación. El arte de las catas, los maridajes y el servicio del vino, además de su Programación Anual de Experiencias y Actividades, completan la oferta de este singular edificio socuellamino.
3. Gastronomía manchega y maridajes
Otro de los grandes atractivos de las tierras manchegas viene de la mano de su gastronomía y sus excelentes maridajes. Los más foodies encontrarán un auténtico nirvana en la gastronomía manchega. Es imprescindible que en tu ruta por La Mancha visites los numerosos bares y restaurantes de comida típica manchega.
Entre las grandes exquisiteces que debes degustar, están las carcamusas toledanas, el pisto manchego, las migas del pastor, las gachas manchegas, la caldereta de cordero y un sinfín de deliciosos dulces caseros. No te olvides de deleitarte con productos de inigualable calidad, como sus quesos, aceites, mieles, azafrán y legumbres. Por supuesto, acompaña cada una de estas delicias con un buen vino de La Mancha, en los que su gran abanico de variedades, te abrirán un mundo de maridajes que no olvidarás.
4. Ruta del Vino de La Mancha, la huella de Cervantes
El legado internacional de Don Quijote, la obra cumbre de Miguel de Cervantes (1547-1616), se materializa en el corazón de La Mancha. Paisajes únicos que un día avivaron la imaginación de Cervantes para crear una de las obras más geniales y disparatadas de la literatura universal. Entre sus páginas, también existen numerosas referencias a la bebida por excelencia de La Mancha: el vino.
Es por ello, que la Ruta del Vino de La Mancha es una excelente propuesta para guiarte por los pasos del quijote, mientras la cultura del vino más manchega te envuelve. Esta ruta está formada por 6 municipios de la región: Alcázar de San Juan, Tomelloso, Campo de Criptana, Socuéllamos, El Toboso y Villarrobledo. Bodegas, restaurantes, alojamientos, operadores turísticos, enotecas y museos hacen de la Ruta del Vino de La Mancha una gran opción para disfrutar del ocio y turismo de calidad.
