Vinos y postres manchegos para el Día de Todos los Santos

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Vinos y postres para el Día de Todos los Santos

Celebraciones como el Día de Todos los Santos nos permiten, además de rendir homenaje a nuestros difuntos, recuperar y poner en valor las tradiciones de la tierra. En La Mancha, este solemne día adquiere también un protagonismo gastronómico en el que particulares y deliciosos dulces ocupan un lugar privilegiado en nuestras mesas.

En este post hacemos un repaso por los dulces típicos manchegos que se consumen en el Día de Todos los Santos. Por supuesto, te descubrimos los mejores vinos, los de la Denominación de Origen La Mancha, para maridarlos y mejorar, más si cabe, tu experiencia gastronómica.

Buñuelos de viento y vinos Moscatel

Buñuelos de Viento y Moscatel D.O. La Mancha
Buñuelos de Viento elaborados por la pastelería Tradición 1892 y Moscatel D.O. La Mancha

Comenzamos la lista con este postre de origen hebreo, pero de gran transcendencia en la cultura católica. De hecho, el propio Felipe III tenía a su disposición un experto en la elaboración de este dulce. En forma de bolitas, se elabora con ingredientes muy sencillos: mantequilla, harina de trigo y huevos. No obstante, cuando son fritos, duplican su tamaño y de ahí nace su denominación: buñuelos de viento.

El interior puede ser aún más satisfactorio, pudiendo ser rellenado con crema, nata e, incluso, trufa. A pesar de su sencillos ingredientes y fácil elaboración, cada bocado de este dulce resulta todo un placer para los sentidos. Un placer que se intensifica si los acompañamos con un buen Moscatel de La Mancha. Por ejemplo, un Finca Antigua Naturalmente Dulce o un Moscatel La Villa Real.

Huesos de santo y vinos Airén

No hay festividad de Todos los Santos que se precie sin catar los huesos de santo. Este postre, de origen árabe, cuenta con un integrante que sobresale por encima de todos: el mazapán. A principios del siglo XVII nació este dulce, con el objetivo de imitar la forma de un hueso, así como su interior relleno de yema emula el tuétano.

Su elaboración es más complicada que los buñuelos, ya que se elabora machacando almendra y mezclándola con azúcar. Posteriormente, son rellenados a mano (uno por uno). Finalmente, se bañan para lograr un mayor brillo y dulzor. Este dulce tradicional, también puede acompañarse con un Moscatel, aunque también marida a la perfección con un blanco joven de la D.O. La Mancha, elaborado a partir de la variedad Airén. Por ejemplo, un Torre de Gazate Airén o un semidulce como La Guacha Moscatel-Airén.

Nuégados y espumosos

Rosca de nuégados
Nuégados//Fotografía: Julia y sus Recetas

También conocidos como roscapiña o roscatrera, los más golosos encuentran en este dulce un auténtico Edén para su paladar. A pesar de ser típico de la gastronomía de Semana Santa manchega, también se consumen en estas fechas. Sus humildes ingredientes, tal y como describen generalmente a la gastronomía de la zona, son enlazados de forma tan perfecta, que el resultado es sublime.

A grandes rasgos, son bolas fritas de masa. Sin embargo, esta masa está compuesta por harina, huevos, azúcar, vinagre, miel, ralladura de limón y levadura. Tras su paso por la sartén o freidora, se unen en forma de rosca. Su excepcional sabor invita a tomar uno y otro y, por ello, para evitar que resulte demasiado empalagoso, recomendamos maridarlo con un magnífico espumoso de La Mancha. Prueba con Ojos del Guadiana Espumoso Brut  o Yugo Brut. ¡No te defraudarán!

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